Rialp. Madrid (1994). 149 págs. 1.500 ptas.
El autor contribuye a recuperar principios básicos de moral fundamental, cuya reinterpretación por Knauer, Schüller o Curran ha cuestionado la existencia de actos intrínsecamente malos o absolutos morales. Aun más, ha dado lugar a una reinterpretación de toda la moral, trasladando la calificación moral de los actos, del objeto al sujeto -a la intención- o a las circunstancias. Esta situación ha hecho necesaria la publicación de la encíclica Veritatis splendor. El libro advierte explícitamente que recoge las enseñanzas del documento.
La obra consiste en el examen detallado de tres principios morales: el del mal menor, el de totalidad y el de la acción de doble efecto -bueno y malo-. ¿Peligro de caer en el «prontuario», en la moral de mínimos, en el legalismo? No. Estos principios son, precisamente, herramientas para facilitar el bien obrar. El análisis sirve para comprender que la moral no sólo señala «lo que está mal», sino también que «puedes obrar mejor», ejercitando las virtudes. Así, del trabajo de Fernando Cuervo se puede decir, como de la encíclica, que recuerda tres cosas: existe el bien y el mal; el hombre puede conocerlos; y puede hacer el bien.
Atento al peligro que entraña separar verdad y libertad, Fernando Cuervo recoge la auténtica relación y dependencia entre una y otra: «La medida de la libertad es la verdad». Dedica varias páginas a la tolerancia: oportuna referencia cuando se anuncia el Año Internacional de la Tolerancia para 1995.
El libro resulta útil porque facilita acudir a los principios morales; necesario para algunos que no hayan estudiado teología moral fundamental o, sin saberlo, la han recibido deformadao «reinterpretada».
Francisco J. Armenteros