Palabra. Madrid (1993). 240 págs. 1.550 ptas.
El autor es un especialista en psiquiatría infantil, con amplia experiencia clínica en este campo. El objeto del libro es poner a disposición de los padres el conocimiento de los problemas psicológicos, grandes o pequeños, que pueden sufrir el niño y el adolescente. Mendiguchía expone estos trastornos con claridad y precisión, para que los padres se familiaricen con ellos, sepan darle la importancia que tienen y, cuando sea necesario, busquen la ayuda y el consejo del especialista.
Para explicar los distintos trastornos psicológicos utiliza casos tratados a lo largo de su dilatada experiencia de paidopsiquiatra. Además, el autor muestra su sentido pedagógico cuando analiza cómo influyen los factores sociales y familiares en la aparición y desarrollo de esos trastornos. A este respecto, denuncia ciertos defectos de la escuela y de los planes de estudio, así como la influencia negativa de la televisión (que también puede utilizarse bien). Señala asimismo que nuestra sociedad permisiva y consumista actual, con su pérdida de valores, favorece el desarrollo de muchos problemas. Así, en el ambiente educativo familiar, la permisividad y la falta de autoridad pueden llegar a calar hondo en la personalidad infantil.
El valor pedagógico de la obra se pone de manifiesto en el último capítulo: «Educar es difícil… pero hay que hacerlo». El autor recuerda que «los padres son los verdaderos, iba a escribir únicos, responsables de la educación de sus hijos y ésta no puede ser delegada en los demás por muy buenos y competentes que nos parezcan». Pero los padres necesitan saber unos principios educativos y asumir unos valores morales y religiosos para poder hacer frente al oficio más difícil:ser educador de sus hijos.
Ignacio Gómez González