Plaza & Janés. Barcelona (1994). 191 págs. 1.950 ptas.
Franz Hall ha perdido todo. A su hijo en un accidente y a su mujer que le culpa de esa muerte. Con cuarenta años, sin profesión ni futuro, sobrevive al pasado como correo de unos traficantes en un tórrido país centroamericano. De pronto una revolución trastoca su vida y de nuevo ha de huir hasta encontrar descanso en la muerte.
Esta leve trama sirve a Barry Gifford para mostrar una galería de personajes desnortados. Como espectadores de su propio desastre se dejan llevar y acuden al alcohol, a la pasión desbordada -sobran algunos pasajes- o a la espera de la nada. Estos elementos se alternan muy bien en una trama policiaca de secuencias breves e intensas, que combina el pasado y el presente del protagonista y sirve para que aparezcan fugazmente otros personajes y otras vidas, todas igualmente perdidas. La novela refleja el derrotado ambiente de esta época, mantiene un cierto alejamiento de lo que cuenta y está bien escrita.
Pedro L. López Algora