¿Qué hacemos con los humanos?, en palabras del autor, constituye la tercera parte de una trilogía en la que se ha propuesto reflexionar con profundidad sobre la soberbia científica y el incontrolable desarrollo tecnológico, junto con su significación económica. Se trata de fenómenos que amenazan a la humanidad sin que culturalmente esta sea demasiado consciente de lo que se le viene encima. Propone vías de reflexión para que el hombre siga siendo humano y evitar la erosión de la libertad por el sorpasso intelectual y numérico de máquinas, robots y chatbots.
César Antonio Molina exhibe en este libro toda su potencialidad intelectual como escritor y humanista, mostrando su gran interés por la ciencia, que analiza a partir de su impacto cultural. No es un negacionista, pero aborda las cuestiones con un elevado espíritu crítico. Periodista, poeta y divulgador, fue director del Círculo de Bellas Artes y del Instituto Cervantes, antes de convertirse en ministro de Cultura con José Luis Rodríguez Zapatero.
La trilogía comenzó con La caza de los intelectuales (2014), donde reflexionaba sobre la persecución de la intelligentsia por los poderes fácticos a lo largo de la historia; siguió con ¡Qué bello será vivir sin cultura! (2021), en que trataba de explicar la dimensión cultural del ser humano. Y acaba con este último ensayo sobre la tecnología, donde se afirma que no hay progreso si va contra el hombre, o se pregunta si no estaremos ante lo que Kant denominaba una “eutanasia de la razón”, en la que la única teología y metafísica universal que permanecerán serán los instrumentos tecnológicos.
No es un libro contra la ciencia ni la tecnología, sino contra los que quieren servirse de ellas para asaltar nuestra libertad. El tecnoprogresismo se ha convertido en una nueva religión que suscita dudas sobre si seremos capaces de sobrevivir como especie a internet y a la inteligencia artificial. Hoy, en efecto, no se investiga sobre el más allá de la vida, sino sobre cómo prolongarla científicamente, claro que no para todos: nos han robado la eternidad. Molina estudia también el ateísmo en la historia y se plantea si está próximo el momento en que el ser humano se autodeifique con el transhumanismo.
El libro se estructura en capítulos que van describiendo las preocupaciones del autor desde diferentes puntos de vista. El texto muestra una elevada erudición, repleto de comentarios sobre citas que recorren la historia de la filosofía, la ciencia y la cultura. Disfrutará más del libro el lector que tenga cierta dosis de cultura filosófica, aunque el relato es asequible para no expertos por su conexión con la vida real.