No pasa un día sin que los gestos del Papa Francisco despierten la curiosidad, la aprobación o el estupor de millones de personas en todo el orbe. A quienes ven sus palabras y acciones desde una perspectiva crítica, como un intento de poner Iglesia y mundo de vuelta y media, el cardenal peruano Juan Luis Cipriani los tranquiliza.
“Lo suyo no es desacralización, es solo sencillez en algunos gestos –precisa al vaticanista argentino Andrés Beltramo–. No resulta fácil ser atrapado por una serie de protocolos, ante los cuales uno llega a decir: ¡no me quiten la libertad!”.
La opinión del purpurado limeño, junto con la de otros miembros del clero en Argentina, Italia, EE.UU., etc., y la de antiguos colaboradores y amigos del ex arzobispo de Bueno…
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