Alianza. Madrid (1994). 424 págs. 2.500 ptas.
Por primera vez se reúnen los relatos completos de Virginia Woolf (1882-1941). Al igual que intentó en sus novelas Las olas, Al faro o La señora Dalloway, en estos cuentos también se aprecia el deseo de experimentación formal y temática. Como escribe Susan Dick, la responsable inglesa de esta edición, Virginia Woolf se obsesionó con «renovar la novela (y el cuento) y captar multitud de cosas en la fugacidad del presente, de abarcar el todo y modelar infinitas formas extrañas». Estos magnánimos deseos son los que hacen difícil, a veces, introducirse en el evanescente mundo de la escritora.
Los relatos de Virginia Woolf no eran muy conocidos ni valorados por la crítica, quizá porque se empeñó en no seguir los esquemas a veces rígidos de un género que es, por esencia, multiforme. Woolf explora esferas de lo privado, problemas personales, interpretaciones etéreas de la realidad inasible. Al igual que sucede con sus novelas, el encanto no reside en un argumento sorprendente o misterioso. Pero el estilo de Woolf, lento y elaborado, cargado de sensaciones, acaba penetrando por ósmosis en el alma del lector (claro que el lector tiene que ser, a priori, receptivo).
Leyendo estos relatos se ve también la evolución literaria de la escritora. El primer cuento está fechado en 1906 y el último, El balneario, es de 1941, el año de su muerte. Resumen, por lo tanto, toda la trayectoria de Virginia Woolf. Algunos mantienen los esquemas del relato tradicional; otros, los más, son experimentos. El narrador adopta diferentes puntos de vista, aunque predominan los relatos en los que se interesa por la intimidad de los personajes.
La edición de estos relatos coincide con la publicación en castellano de otras dos obras de Virginia Woolf. La editorial Cátedra reedita su obra más conocida, Las olas (376 págs., 1.400 ptas.), con un interesante y denso estudio a cargo de María Lozano. Odin Ediciones, por su parte, publica Dardos de papel (160 págs., 3.700 ptas.), una selección de cartas que recogen todas las etapas de esta escritora, la representante más brillante de aquel famoso grupo de Bloomsbury.
José Félix Tamayo