Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid (2006). 130 págs. 9,5 €.
El terrorismo, fenómeno antiguo, ha alcanzado cotas increíbles en el tiempo presente. Además, la frecuencia con que los actos violentos van unidos al suicidio, acentúan la gravedad de esta nueva y gran amenaza a la convivencia pacífica. Tras el fin de la guerra fría, los países más avanzados parecen hoy inmunes a conflictos regionales, como los que asolan algunas regiones, especialmente de África. Pero la lucha contra el terrorismo se está convirtiendo en una nueva batalla, que altera conceptos filosóficos fundamentales del clásico tratado sobre la guerra y la paz.
Jesús Ballesteros ofrece en este libro una gran síntesis de los nuevos planteamientos, que ayudan ciertamente a repensar la paz, desde un punto de partida y llegada irrenunciable: el respeto debido a la dignidad de la persona, negado o humillado por la violencia, exige profundizar en las bases antropológicas de la paz.
El lector encontrará abundante y significativa información sobre el yihadismo islámico, y la difusión de la violencia entre los musulmanes, con el peligro de que Occidente identifique islam y terrorismo. La reacción de los españoles tras el 11-M fue ejemplar: quizá porque habían coreado antes en las calles gritos del tipo «vascos, sí; ETA, no». Pero, sin duda, por ahí discurre una de las causas más importantes de la inseguridad en el mundo. El autor ayuda a distinguir entre los aspectos estrictamente religiosos y las consecuencias del desarraigo y el subdesarrollo casi endémicos en algunas regiones musulmanas.
De otra parte, constituyen también una seria amenaza para la paz los planteamientos del neoconservadurismo, con su teoría y su práctica de la guerra preventiva. Su radicalidad lleva, incluso, a justificar detenciones abusivas y, más aún, hasta la propia tortura de los supuestos terroristas. Para el profesor Ballesteros, se estaría produciendo una ruptura con la tradición universalista de Estados Unidos.
Quedan patentes situaciones y enfoques objetivos, aunque algunos adjetivos aquí y allá denotan la mayor cercanía del autor a unos y otros. Pero el lector no se ve en modo alguno condicionado. Al contrario, los fehacientes documentos aportados le permiten elaborar o profundizar sus propios criterios.
Salvador Bernal