Respóndeme, el nuevo libro de la escritora italiana Susanna Tamaro (ver servicio 30/97), lo forman tres relatos no aptos para el público que busca tonos rosas y acentos amables. Una chica, huérfana de una prostituta, cuenta su triste vida en Respóndeme. El infierno no existe es el monólogo de una mujer que recuerda el carácter dominante de su marido, y su comportamiento agresivo con un hijo que decide vivir cristianamente. El bosque en llamas está narrado por un marido celoso y obsesivo que se lamenta de no haber dejado que su mujer pudiera practicar en paz su fe.
Especialmente a partir de su libro Donde el corazón te lleve (ver servicio 146/94), un sorprendente éxito internacional, y Anima mundi (ver servicio 30/97), Susanna Tamaro es una mujer en lucha contra la mentalidad dominante, quizá debido al ambiente cultural que siempre ha respirado y quizá también por las críticas inmisericordes que ha recibido más por motivos ideológicos (sus novelas transmiten un explícito mensaje cristiano) que por su calidad literaria. Sus relatos están pensados para golpear y, a la vista de las reacciones que suscita, parece conseguir su objetivo. El estilo eficaz y fluido, que se lee fácil y mueve a pensar, hará que muchas lectoras, y también lectores, se sientan afectados y removidos por estas historias.
A Tamaro no le importa ser explícita a la hora de dibujar unos tipos humanos de ahora, ni cuando tiene que mostrar algunas situaciones crudas, ni al llegar el momento de formular sus mensajes. Algunos simpatizamos mucho con el valor personal de una escritora que se atreve con historias que, como decía Kafka, actúan como un hacha en el hielo. Pero a la vez pensamos que la categoría literaria y la permanencia en el tiempo son incompatibles con dejar sin opciones al lector.
