Y otro libro más sobre Roma… Este podría ser el primer pensamiento de quienquiera que se encuentre frente a esta obra. Y efectivamente, se trata de otro libro más sobre Roma. Pero no uno cualquiera. Roma desordenada es la oda que Juan Claudio de Ramón, diplomático y escritor, le dedica a la ciudad eterna donde vivió durante cinco años como Primer Secretario de la Embajada de España ante Italia. Como él mismo apunta, este libro no es una guía de Roma –aunque, desde luego, orienta y descubre esta ciudad mejor que algunas guías dedicadas a ello–. Es un diccionario personal, “una relación desordenada de amores topográficos y las historias que evocan. Cosas pensadas, vividas o leídas en Roma”. Es decir, este no es un libro sobre Roma, es un libro sobre lo que te hace Roma: deslumbrarte, emocionarte y ponerte cara a cara con la cuna de Occidente, con su historia. Con tu historia.
Entre explicaciones históricas –la fundación de Roma o la Via Appia–, experiencias cotidianas muy romanas –el despropósito de la basura o la inexistencia de cafés– y el paso por sus calles de personalidades españolas –Alberti, Gaya o Zambrano–, de Ramón nos invita a verlo todo a través del prisma de su experiencia personal y de su gran cultura particular.
Los capítulos dedicados al arte de Caravaggio, a la eterna contienda entre Bernini y Borromini o a San Pedro y San Pablo, escritos con gran delicadeza, brillan con luz propia. “Un largo ferragosto. Roma, entre febrero y julio de 2020”, compuesto por breves apuntes que plasman los primeros meses de la pandemia de coronavirus en uno de sus epicentros, encoge un poco el corazón. Estos, pero también los capítulos dedicados a la Carbonara, al ladrillo o a los distintos barrios en los que ha vivido su autor cimentan una verdad: este es un libro que está bien escrito. Con finura, con humor, con buen ritmo narrativo y con gran acierto en la elección de qué contar y qué dejar a la imaginación y al descubrimiento personal, de Ramón nos presenta una obra que, además, puede ser leída de forma desordenada. Como el título indica –y como uno bien sabe cuando ya ha pisado la ciudad eterna– esta urbe no brilla por su orden y una lectura que la tenga como protagonista no iba a ser una excepción.
Roma desordenada es un libro sobre una experiencia particular en una ciudad peculiar, porque aunque Roma siga siendo siempre la misma, los ojos que la ven y los pies que la viven nunca lo son. Y es un agradable y bienvenido placer poder recorrerla –y experimentarla y disfrutarla– con los zapatos de Juan Claudio de Ramón. Como bien escribe Ignacio Peyró en el prólogo, “hay que tener muy poca alma para avanzar por estas páginas sin mirar de reojo cómo van los precios de los vuelos a Fiumicino”.