Steven Saylor (Texas, 1956) es autor de una serie de novelas históricas ambientadas en la Roma antigua como, por ejemplo, Cruzar el Rubicón (ver Aceprensa 122/06). Esta es mucho más ambiciosa que las anteriores.
En Roma, Saylor recoge la historia de una familia romana desde antes de la fundación de la ciudad hasta la instauración del Imperio en el siglo I a.C. Durante ese periodo va tomando a uno de los componentes de esa familia en cada generación a modo de observador de la historia, de los personajes que cambiaron el rumbo de Roma (Rómulo y Remo, Coriolano, los decenviros, Escipión, los Graco, César, Octavio Augusto). Además, Saylor trata de reconstruir los hechos históricos de forma que se dejen de lado todos los elementos legendarios para alcanzar una especie de rigor novelístico en la narración.
La idea es loable y hasta interesante, además de quela novela está muy bien documentada y decentemente ambientada. Sin embargo, al querer contar absolutamente todo, Saylor cae en cierta superficialidad. El estilo es sencillo, correcto, sin grandes vuelos. La principal dificultad para engancharse a la lectura son los numerosos episodios que se intercalan como digresiones y que enmarañan la unidad del relato, a pesar de la intención de seguir a los miembros de una misma familia. Saylor escribe sobre demasiadas historias a las que se podía haber sacado más partido y que, sin embargo, por cuestiones de espacio y de estructura, se quedan un tanto cojas por no ser desarrolladas como se merecen.
A pesar de todo, Roma es un verosímil fresco sobre las raíces históricas y el desarrollo de una gran civilización.