Se publica en una nueva editorial el primer libro de Kim Thúy (Saigón, 1968). La autora abandonó Vietnam en un bote cuando tenía diez años, y desde entonces reside en Canadá. Hasta ese momento había vivido en una familia adinerada de Vietnam, donde no faltaba de nada y en permanente contacto con la vida occidental. Pero la llegada del comunismo acaba con todo aquello. Sus bienes son confiscados y toda la familia puesta bajo sospecha. Consiguen escapar, se trasladan a un campo de refugiados en Malasia hasta que viajan a Canadá, donde rehacen sus vidas.
La autora utiliza su dramática experiencia personal como argumento para esta novela, donde deja que los recuerdos se apoderen del ritmo de la narración. Más que el relato fidedigno de los hechos, la autora prefiere las breves instantáneas, la atención a los minúsculos detalles, el disparo de un recuerdo con los que se intuye la magnitud de la tragedia personal, familiar y nacional. Mediante breves secuencias, Thúy combina la historia pasada con referencias al presente; la vida cómoda y regalada en Vietnam con el proceso de reconstrucción vital en Canadá. La dura experiencia biográfica le sirve para afrontar de manera más armónica y esencial su vida en Canadá, nada fácil. La relación con sus hijos y con su familia da pie a evocar anécdotas del pasado vietnamita vinculadas a sus tíos y primos, a veces descritas de manera idealizada.
Thúy es una escritora de una gran sensibilidad, que ha elegido para el relato de su vida la pincelada poética al crudo realismo.
Después de Ru, se han publicado otras dos novelas suyas, Mân (2016) y Vi. Una mujer minúscula (2018), en la editorial Periférica. Las tres comparten parecidos protagonistas (la vida de los emigrados vietnamitas en Canadá y también el posterior regreso a su tierra) y una misma atmósfera literaria, pues todas están muy pegadas a la propia biografía de la autora.
Versión actualizada de la reseña, publicada el 19-10-2010, de la edición de Alfaguara (2010), del mismo traductor.