El narrador recuerda la representación de Hamlet en un pueblo castellano, en los años de la posguerra, cuando era adolescente y el cine comenzaba a imponerse como entretenimiento. A los actores de la compañía teatral ambulante se unen algunos vecinos y, por diversas circunstancias, el papel de Ofelia recae en Carolina Donat, una de las maestras, un tanto enigmática e idealizada por aquel.
Al relato de los preparativos de la representación teatral y del impacto y las reacciones que ocasiona en el pueblo, se añaden diversas historias de algunos vecinos, con el eco y las secuelas de la guerra, aunque se intente pasar página y salir adelante. También resultan interesantes las relaciones con las autoridades para resolver algunas dificultades y o…
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