Jesús Arellano (1921-2009) fue filósofo, poeta (Poemas del hombre y de la tierra) y guía y orientación para muchas personas, esto último casi siempre en un trabajo que no trascendía, pero de ayuda continua y desinteresada. Unas cuarenta personas, de las que lo conocieron y trataron, muchos de ellos hoy profesores de Universidad –Arellano ejerció sobre todo como catedrático de Filosofía en la Universidad de Sevilla–, publican este volumen que es más que un libro homenaje.
Arellano publicó pocos libros en su larga vida, como si le costase dar forma a un trabajo de densa metafísica que desarrolló durante muchos decenios. Algunos artículos, como el célebre Los Reyes Magos son verdad, permitían apreciar tanto la originalidad como la calidad de su prosa.
Pero gracias a uno de los coordinadores de este libro y autor del artículo más extenso, José María Prieto, sabemos que la herencia inédita de Arellano es algo bien terminado, orientado especialmente hacia el estudio de los trascendentales, es decir, de la verdad, la unidad, la bondad, la belleza, la sustancia del quehacer metafísico, algo que debería interesar a todo ser humano.
El libro ofrece también la ventaja de incluir algunos textos de Arellano, que pueden servir de muestra de lo que hoy está archivado y, por ahora, sin anuncio de que vea la luz.
La vista de este libro sugiere una reflexión: hay personas que, en vida, cosechan, más o menos justamente, todo tipo de honras y homenajes; y hay otras que, a pesar de su valor, ni siquiera cuando desaparecen tienen el reconocimiento merecido. Con este volumen se cumple un acto de amistad, pero también de justicia.