John Henry Newman, pastor anglicano, converso al catolicismo, luego sacerdote y cardenal, sufrió cierta soledad tras su ingreso en la Iglesia católica por las incomprensiones de unos -anglicanos empeñados en desprestigiar su figura- y otros -católicos que lo veían con desconfianza-. Quizá su figura poco mediática y divulgativa ha hecho que no haya tenido el hueco en el pensamiento católico contemporáneo que su talla intelectual y moral reclama. Sólo con Juan Pablo II se ha comenzado a dar respuesta a esa carencia.
En los 26 sermones incluidos en este libro, pronunciados entre 1826 y 1833, y por lo tanto obra del Newman anglicano, el autor despliega, a través de su estilo austero, conmovedor y engranado con una lógica aplastante, reflexiones espirituales -homilías- que unen con sorprendente sencillez las más profundas teologías aplicadas a la vida interior de cualquiera. Todo mediante un pensamiento coherente y razonable, que bebe de la Escritura y los Padres, y se confronta con los problemas de su tiempo.
Agustín Alonso-Gutiérrez