Paidós. Barcelona (1997). 206 págs. 2.100 ptas.
En El principio de responsabilidad, su obra más famosa, Hans Jonas desarrolla su conocida tesis: el poder que el hombre ha alcanzado, a través de la ciencia y la técnica, puede reportar inmensos beneficios; pero también puede ser un grave peligro para la humanidad. Por eso, a más capacidad de hacer, más necesidad de responsabilidad. Nuevas formas de poder exigen nuevas formas éticas, que se añadan a lo que siempre ha tenido vigencia moral.
En Técnica, medicina y ética (1985), Jonas desarrolla sus ideas en el contexto de la ciencia médica y sus correlatos técnicos. La ciencia biológica ha situado al hombre en un papel que hasta ahora sólo la religión le había atribuido: el de administrador o guardián de la creación. Y desde él se enfrenta a una cuestión metafísica nueva: si es responsabilidad suya conservar al ser humano, respetar su herencia genética, tal como ha llegado hasta nosotros. Ahora bien, para superar la ambivalencia de la técnica -que puede liberar o esclavizar-, es preciso someterla al dominio de una razón extratecnológica.
Técnica, medicina y ética es una reflexión honesta que trata de dotar de fundamento nuevo -la responsabilidad por la humanidad- al respeto por los dinamismos de la naturaleza humana. A falta de ese respeto, el hombre queda reducido a objeto neutral en materia de valores. Y todo porque no existe una naturaleza sin finalidades.
El lector se verá envuelto en una argumentación nueva, aparentemente débil, inmanente -cuasi ecológica-, que enfrenta los graves problemas morales de la ciencia y los resuelve sin especiales recursos metafísicos. De este modo se plantean la experimentación en personas, la responsabilidad del médico y del científico ante el paciente en cuanto sujeto y cuerpo, la anticoncepción, la esterilización, el aborto, el control de la natalidad y otras cuestiones actuales de la ética médica.
En los últimos capítulos, el autor penetra con especial dominio en la tecnología genética. Examina previsibles desarrollos -incluida la clonación-, alerta contra los peligros de la manipulación genética y nos avisa del riesgo de deslizarnos sin plena advertencia, a lomos de una ciencia sin valores, hacia un siniestro juego prometeico.
Al final, Jonas aborda la muerte cerebral, el coma irreversible y los problemas en torno a las técnicas de prolongación de la vida. Sobre estas cuestiones, mantiene posturas a favor de un ethos de la muerte, presidido por un derecho a morir en el sentido de respetar los cauces de la naturaleza.
Técnica, medicina y ética es un libro que los interesados en la bioética deben leer, aunque perciban la aparente fragilidad o utopía de algunos argumentos que no puedan compartir del todo.
Manuel de Santiago