Anagrama. Barcelona (1995). 187 págs. 1.700 ptas.
Aunque Álvaro Pombo (Santander, 1939) comenzó a publicar en los años setenta, saltó a la fama hace doce años, al ganar el Premio Herralde de novela con El héroe de las mansardas de Mansard (1983), que lo vinculaba a una narrativa filosófica y poética. En su producción posterior -especialmente con Aparición del eterno femenino contada por S.M. el Rey (ver servicio 82/93)- establece un giro hacia la cotidianeidad lingüística y social, tratada de un modo humorístico, pero sigue con su peculiar costumbre de titular sus novelas de un modo por lo menos original.
Celia Cecilia Villalobo ha trabajado como secretaria durante los quince últimos años de la vida de un conocido escritor. A su muerte, Jesús Hermida la invita a su programa y la consagra como musa de ese insigne literato. A raíz de este programa, se desata una complicada y absurda red de intereses, en la que Celia Cecilia se ve atrapada sin entender qué papel le ha tocado representar o cómo puede salir del acoso al que se ve sometida.
Celia Cecilia, en su soledad -apenas suavizada por su ex y por dos peluqueros amigos-, busca en Hermida su tabla de salvación. Se convierte así en personaje emblemático de un tipo humano caracterizado por la escasa formación cultural, la ingenuidad y un cierto afán por el morbo que procede de una excesiva dependencia de la subcultura televisiva y de una escasa preocupación por lo que excede el ámbito de lo trivial.
Álvaro Pombo ofrece este testimonio a través del largo monólogo -ocupa toda la novela- de la protagonista, que aparece teñido de un hogareño y simpático humorismo. En él reside el acierto de la novela. El autor nos presenta los deslices gramaticales de Celia Cecilia, la cotidianeidad de una vida mediocre concretada en pequeños y entrañables detalles, la gracia de sus ocurrencias…
En definitiva, Álvaro Pombo rescata la subcultura popular como tema literario y dignifica, con maestría, diversos aspectos tradicionalmente degradados de la expresión y el comportamiento humanos.
Begoña Lozano Carbayo