John Grisham nos presenta una nueva aventura, la quinta, de Theodore Boone, adolescente abogado en potencia. Theodore se embarca en un viaje cultural a Washington con el colegio. Lo que iba a ser una simple actividad escolar se convertirá sin embargo en detonante de la reapertura del caso contra el asesino Pete Duffy, el criminal más buscado en la pequeña ciudad de Strattenburg, incluido en la lista del FBI de los diez más peligrosos. Intentando no saltarse las reglas del colegio, Theodore se las arregla para convencer a su tío Ike de que se desplace a Washington y le ayude a identificar al sospechoso. Tras varias pesquisas, el FBI interviene y requiere la implicación en el caso de Theodore, que volará otra vez a Washington. El asunto se irá complicando, volviéndose cada vez más peligroso para Theodore, el cual no obstante seguirá adelante para que se haga justicia.
Grisham ha conseguido adaptar con bastante éxito sus best-sellers para adultos a un público más joven. La trama es sencilla y fácil de seguir, con la dosis acertada de descripción y acción para atraer a lectores preadolescentes. Llama la atención la respetuosa actitud del protagonista hacia sus padres, profesores y reglas en general, algo que se echa en falta en mucha de la literatura juvenil convencional, a menudo más centrada en ir contra las normas y los adultos en general. Al mismo tiempo, pone de manifiesto la difícil situación por la que pasan los inmigrantes cuando tienen que dejar sus hogares para sacar adelante sus familias. Theodore y sus padres acuden un día por semana a un comedor social para ayudar a personas necesitadas. Incluso Theo se da cuenta de lo afortunado que es por tener la vida que tiene.
El libro resulta a la vez educativo por los muchos detalles históricos que da acerca de Abraham Lincoln y la historia de Estados Unidos, así como sobre procedimientos y terminología jurídica. Es interesante ver cómo atienden todos los alumnos las explicaciones de los profesores, algo digno de admiración.
