George Steiner (1929-2020) compartía con Walter Benjamin (1892-1940) muchas cosas –por ejemplo, su irrenunciable conciencia judía–, pero pueden reducirse a dos: ambos estaban convencidos de que el trabajo del crítico era necesario para que la obra artística desplegara todo su potencial y los dos tenían el empeño de convertirse en los mejores críticos de su época. Y lo consiguieron. De ahí que en ninguno de los dos casos quepa considerar menores las obras que recogen su valoración de la literatura, el ensayo o el arte coetáneos.
El propio Steiner asumió siempre su papel de mero comentador, con modestia y realismo, sabiendo que la varita de la creación no le había ni siquiera rozado. Se sabe que terminó sus días sumido en una depresión acentu…
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Un comentario
Sigo a Steiner. Gracias, Josemaría. En lista para leerlo.