Si todos fueran perfectos físicamente no habría discriminaciones por la belleza, ni se juzgaría a los demás por el color de la piel u otras apariencias, las jóvenes no enfermarían de anorexia y se implantaría un clima de felicidad apoyado en el culto al cuerpo y a la salud. Esto es lo que ocurre en el escenario futuro inventado por Westerfeld: a los dieciséis años tiene lugar la operación. La parte que no se les cuenta a los imperfectos es que, de camino, se manipula sus cerebros, en principio para convertirles en imbéciles felices y superficiales que nunca tienen conflictos ni exigen cambios. Se eliminan las guerras, aunque de paso también muchas otras cosas.
David y sus padres han creado Humo, una colonia de imperfectos que han escapado a la tiranía de la belleza y que intuyen qué hay detrás de todo el montaje. No tienen intenciones de quedarse con los brazos cruzados. Tally, a punto de ser operada, huye a Humo, para quedarse, o para destruirlos.
Traición (Feos, según el título original) es la primera parte de una trilogía que está arrasando en Estados Unidos. Como Huxley y Orwell, o Matrix más recientemente, describe una nueva utopía de control de seres humanos, en clave juvenil y de libro de aventuras. El autor ha ideado un universo coherente con gran imaginación y ha dotado su ambiente de los suficientes detalles técnicos, médicos y científicos, para hacerlo verosímil. Se trata de una historia entretenida, ágil y sencilla de leer. Una obra sin pretensiones de estilo donde las palabras se limitan a describir acciones y diálogos sin sugerir ningún efecto connotativo.
De fondo, la obra plantea una acertada crítica a una falsa felicidad materialista asociada a la perfección física, la risa y la ausencia de dolor. Por contra, exalta los valores de la belleza interior que proporcionan las virtudes, así como del amor y de la amistad, que llevan al sacrificio y a la generosidad. La operación elimina lo que hace diferente a cada persona y les condena un uniforme aunque ruidoso aburrimiento.