Anagrama. Barcelona (2004). 193 págs. 14 €. Traducción: Carlos Gumpert.
El escritor italiano Antonio Tabucchi (Vecchiano, 1943) reaparece con «Tristano muere», una novela basada en la vida de un antiguo partisano. Desde un lugar de Toscana en el último agosto del siglo XX, este personaje, moribundo, mantiene una conversación con un escritor que en otro tiempo había novelado con éxito su vida. En esa conversación, que se transforma en monólogo, cuenta sus avatares bélicos en la Grecia y la Italia invadidas por los nazis, su vida amorosa, sus luchas interiores con los valores políticos que defendió y los resultados que la historia reciente de Europa ha puesto en evidencia. Tristano hace un recorrido desencantado por los errores y fallos sociopolíticos, los idealismos que no llegaron a ser y las experiencias de personas que, como él, acaban la vida con la duda de saber si han sido unos héroes o unos sinvergüenzas.
No se trata de un discurso lógico; todas estas ideas aparecen desparramadas de manera confusa, pasando de un pensamiento a otro sin transición, pues el narrador es un enfermo terminal afectado por las dosis de morfina que le están inyectando. Por eso habla de modo deslavazado, interrumpido, insistente, y su narración está repleta de recuerdos, deformaciones de la memoria, reflexiones, citas, canciones populares o referencias a la mitología… Todo cabe en un flujo narrativo que mezcla la realidad, lo deseado, aquello que ha sido con lo que pudo o debió suceder. La novela tiene momentos brillantes, pero en su conjunto resulta demasiado ambigua y sofisticada, como ya le ocurriera en su anterior obra, «Se está haciendo cada vez más tarde» (ver servicio 44/02).
Ángel García Prieto