La última edición de los Premios Planeta 2021 ha generado bastante ruido mediático por el descubrimiento de la autoría del libro ganador, La bestia, de la famosa Carmen Mola. Pero esto no ha salpicado a la finalista, Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962), quien en Últimos días en Berlín logra una entretenida novela ambientada en la Europa de entreguerras.
En enero de 1933, el protagonista, Yuri Santacruz, hijo de padre español y madre rusa, contempla cómo Hitler es nombrado canciller en Berlín, ciudad donde ha llegado tras huir de San Petersburgo con parte de su familia y el deseo de encontrar a su madre y a su hermano pequeño. Por diversas circunstancias, conoce a dos mujeres que tendrán un importante papel en su vida: Krista, una joven comunista alemana, y Claudia, atractiva nazi, de la que se enamora apasionadamente. Estos tres personajes evolucionan poco a poco hacia actitudes de solidaridad entre ellos que de alguna forma les rescatan del horror del que son testigos.
La autora enfoca la mirada casi siempre desde el punto de vista de las mujeres en un Berlín destrozado por la guerra y muestra tanto la bárbara arbitrariedad del nazismo como la salvaje represalia soviética. Y este es un punto destacable del libro: está escrito desde una postura equidistante. En palabras de su autora: “El resultado, terrible, es parecido. La diferencia es que del nazismo lo sabemos todo porque está documentado y juzgado en Núremberg. Por su parte, el estalinismo es un sistema opaco del que no conocemos prácticamente nada, se ha silenciado a las víctimas y no ha sido juzgado”.
La narración, ágil y amena, no elude dureza y violencia, pero el tratamiento formal no desbarra por el fango de aspectos escabrosos ni excesivas estridencias a pesar de la complejidad de ciertos temas. Estamos, pues, ante una ambiciosa novela que bebe de una abundante documentación, fundamentalmente a base de diarios y novelas sobre los nazis y el mundo soviético, pues el deseo de la autora era mostrar la vida de la gente con la frescura de lo real. Como ella misma señala: “Son historias cotidianas contadas a pie de calle en un periodo convulso y devastador”. Una novela honesta que muestra el rostro brutal y la cerrazón de los totalitarismos.
