Un dedo en los labios es una recopilación de cincuenta y cuatro relatos muy breves, magistrales pinceladas sobre mujeres, reales o imaginarias, que definen la condición femenina a lo largo de la historia.
Todos los cuentos están llenos de fuerza y de lirismo. Con un lenguaje sencillo y preciso, Jiménez Lozano consigue acertados retratos donde lo escrito se enriquece con lo sugerido. La atmósfera temática y formal de estos cuentos tiene bastante parecido con los reunidos en El cogedor de acianos. Los cuentos están llenos de compasión y piedad, aun en los casos -frecuentes- en que plantean situaciones muy duras, algunas dominadas por la violencia, el incesto y el adulterio. Existen, por lo demás, numerosos ejemplos conmovedores de ternura, fe, delicadeza y generosidad.
El autor hace una singular clasificación de las mujeres que retrata: «antiguas», «silenciosas», «parleras y cuchicheadoras», «que ríen», «con secretos», «misericordiosas», etc. Las mujeres «antiguas» son personajes de la Biblia y del Evangelio, como en «La desposada», relato que desarrolla momentos trascendentales de la vida de la Virgen María de un modo que teológicamente puede cuestionarse en algún aspecto, pero en el que también la piedad tiene un papel importante. En las «mujercillas» describe a las protagonistas de Las meninas de Velázquez. En el resto de las historias revive sórdidas atrocidades de la Guerra Civil, deliciosas anécdotas de monjas contemplativas… Jiménez Lozano, con su habitual maestría, ha escrito un nuevo compendio de la condición humana.