Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 63/15
El autor, nacido en Mons en 1919 y fallecido en Sint-Genesius-Rode en 2002, ejerció la abogacía antes de dedicarse a la literatura. Además de recibir numerosos premios a lo largo de su vida y el reconocimiento internacional, en 1967 ingresó en la Academie Royale de Langue et de Littérature Françaisesde Bélgica.
En este libro, rememora –muchos años después– los veranos que pasó con su abuela en Brujas, para acompañarla después de haber enviudado. Se trata de un homenaje lleno de afecto y de agradecimiento a una mujer de una gran personalidad, que influyó notablemente en aquel muchacho preadolescente y más bien solitario, quizá por ser hijo único.
Por un lado, va conociendo l…
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