Ediciones B. Barcelona (2003). 367 págs. 21 €. Traducción: Mercè Diago y Abel Debritto.
La carrera de Sean King en el servicio secreto termina cuando, en un mitin electoral, se distrae un momento y el candidato presidencial al que debe proteger muere asesinado. Ocho años después le ocurre lo mismo a la joven agente Michelle Maxwell. Cuando esto último sucede, una ex compañera de King que ahora está en una empresa privada de seguridad, vuelve para ofrecerle trabajo, y porque quiere recuperarlo como amante. Como se puede suponer, detrás de todo está el habitual psicópata.
El autor tiene indudables dotes narrativas, pues usando con frecuencia el lenguaje típico de la subliteratura, logra que el lector no se pierda a lo largo de una trama más complicada de lo necesario y en la que no faltan incidentes realmente chuscos. La novela está estructurada en capítulos cortos, montados como escenas de cine; usa muchas conversaciones explicativas; los únicos sentimientos que muestran sus héroes son los de rabia por su frustración profesional y los de atracción sexual, aunque Baldacci sea sorprendentemente discreto en la relación erótica de los protagonistas. En fin, que si el relato fuera menos complejo y todo fuera más creíble, y si el lenguaje fuera más sobrio sin clichés ni énfasis innecesarios, sería un thriller digno.
Luis Daniel González