Esta Historia de amor y oscuridad traspasa los límites de la novela y de la autobiografía para adentrarse en el terreno del ensayo político y literario. Los seguidores de Amos Oz encontrarán en estas páginas las claves para entender no sólo muchos de sus libros sino el mundo personal de quien los escribe.
Pero la historia no tiene como protagonista al autor. En realidad, no hay protagonistas, ni hilo narrativo, ni estructura, ni cronología: más bien son retazos, recuerdos que se escriben al azar. Como telón de fondo, un asunto siempre presente en sus novelas: el nacimiento del Estado de Israel y el conflicto árabe-israelí. En estas páginas está descrita de una manera entrañable la vida de la intelectualidad judía asentada en Israel. Pensadores, poetas, profesores que, como su propio padre, han cargado sobre sus hombros con toda la historia del pueblo judío, frustrando sus expectativas personales. Pero si algo hace que este libro sea una mezcla entre amor y oscuridad es el suicidio de su madre, cuando apenas él contaba doce años, tema sobre el que vuelve una y otra vez.
El libro contiene episodios de gran belleza, anécdotas graciosas, sentimiento y algo de pesimismo, cuando la prosa adquiere un ritmo apesadumbrado. También hay espacio para sus vivencias, como cuando se demora en la descripción explícita de su primera aventura sexual. Quizá sea precisamente la capacidad de Amos Oz para suscitar emociones lo que le convierte en un escritor de referencia.