Mondadori. Barcelona (1995). 165 págs. 1.500 ptas.
William Styron (1925), novelista norteamericano de Virginia, heredero del espíritu del Sur, reúne en Una mañana en la costa tres relatos breves, de fondo autobiográfico, correspondientes a la infancia, adolescencia y primera juventud del autor. Su localización geográfica común es la costa virginiana en los años treinta, durante la época de la Gran Depresión, aunque en un caso la acción alterna este escenario con las aguas del Pacífico a bordo de un barco durante la II Guerra Mundial.
La obra, muy homogénea, combina la nostalgia lírica en la evocación del pasado con un duro realismo en el retrato de la psicología de los personajes y las condiciones de pobreza material y moral en que viven.
Que el narrador sea siempre el niño o el joven protagonista de cada historia aligera el pesimismo y la desolación que, pese a todo, aparecen en los tres casos como rasgos distintivos de su temática. También es característica destacable el extraordinario dominio de la técnica de la narrativa breve, que permite a Styron resolver con total éxito y coherencia complicados cruces, avances y retrocesos en el tiempo y el espacio.
Muy bien escrito, a pesar de ciertos errores de traducción, este pequeño volumen encierra un brillante ejercicio estético y creativo, aunque su lectura no sea propiamente amena por la amargura que encierra y por la forma ruda y obscena en que expresa un erotismo poco acentuado pero constante.
Pilar de Cecilia