Tusquets. Barcelona (2004). 744 págs. 22 €.
La acción de esta novela, la primera de una ambiciosa trilogía, transcurre en Getxo, cerca de Bilbao, entre 1889 y 1942, y tiene como protagonistas a los miembros de una familia aristocrática y adinerada, y a otra de campesinos, dueños de un caserío. El argumento refleja la evolución de la sociedad tradicional vizcaína, transformada por el establecimiento de centros industriales y por la llegada de la consiguiente revolución obrera. Ramiro Pinilla, nacido en Bilbao en 1923, tras largos años alejado del mundo editorial, ha creado un gran fresco narrativo de carácter simbólico que describe, en una panorámica tan amplia como minuciosa, actitudes, convicciones y modos de vida enfrentados por la distinta forma de reaccionar ante las convulsiones que el siglo XX trajo consigo.
La llegada masiva de no vascos, los prejuicios de éstos ante el forastero, la influencia del pensamiento de Sabino Arana, la pugna entre la agricultura y la industria, y, por último, las secuelas de la guerra civil de 1936-1939 conforman un desarrollo novelístico reflexivo y testimonial, que exige una lectura atenta y calmada. El autor logra mantener el interés de la trama gracias a la figura misteriosa de una mujer sin nombre y de procedencia desconocida, que desde la más absoluta miseria llega, a base de años y de falta de escrúpulos, a adueñarse de todo y de todos los que importan algo. El estilo, sencillo y reiterativo, no es ameno sino más bien discursivo, pero resulta útil para el propósito socioliterario al que sirve.
Pinilla no desea tomar postura, sino dar cabida a todas: tradicionalistas, nacionalistas, socialistas, gentes meramente ávidas de riqueza, etc., quizá para que el lector actual pueda deslindar qué elementos están en la raíz de la problemática vasca del momento presente.
Pilar de Cecilia