Cars 2, basado en la película homónima, es un juego digno y bastante entretenido. El guión sigue a rajatabla el de la película, mitad carreras y mitad espionaje, y eso se refleja en los estilos de juego: con Rayo McQueen participaremos en distintas carreras por todo el mundo para ganar el Grand Prix, y con Mate y los coches-espía como Flynn habrá que cumplir una serie de misiones de sigilo para desenmascarar un complot criminal. Ambos estilos se intercalan a lo largo de la historia, lo que en principio le otorga variedad al conjunto. Sin embargo, pronto queda claro que una parte pesa más que la otra.
Mientras que la mecánica arcade del juego (una conducción ligera sin realismo y centrada en derrapar en las curvas) es idónea para las carrera…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.