Tras la seriedad y sobriedad de los estupendos y exigentes DiRT 4 y DiRT Rally 2.0, se agradecía un cambio de rumbo hacia algo más desenfadado. Si bien esos juegos tienen una enorme calidad y esperamos que lleguen más entregas con más coches, circuitos y licencias, el enfoque arcade de DiRT 5 es más que agradecido, porque la mentalidad es disfrutar con una dificultad mucho más asequible.
Ese ha sido el trabajo de Codemasters Cheshire, y se nota desde el minuto uno: locuciones desenfadadas, desaparición de la voz del copiloto y menús estilo pop con colores chillones. El mensaje es claro: la conducción sigue siendo intensa y exigente, pero no tanto como antes, y hay que esperar un poco más para tener otro simulador.
No faltan los coches licen…
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