Siguiendo con la resurrección de viejas joyas, le toca el turno a DuckTales, un popular juego de plataformas de 1990 para la primera consola de Nintendo. Basada en PatoAventuras, el éxito televisivo de Disney de finales de los ochenta, esta adaptación interactiva reunió a los mejores talentos japoneses para crear un título que perduraría como ejemplo de diseño y símbolo de su época.
Ahora, veintitrés años después, esta versión remozada en alta definición recupera lo mejor de aquella actualizando el apartado audiovisual y aportando interesantes novedades que amplían el material original con mucho cariño. Además, mantiene personajes y las voces originales de la serie (en inglés), lo que la hace aún más fiel.
Como ocurría entonces, la historia gira alrededor del avaricioso Tío Gilito y sus familiares y amigos, que le ayudarán a buscar tesoros por diversas partes del mundo. Aunque el guion tiene algún giro sorprendente, es una historia sencilla para niños.
Los adultos, especialmente si jugaron al original, disfrutarán con los nuevos diálogos que cuestionan la credibilidad de lo que sucede o parodian viejos clichés. Estos detalles aportan personalidad y hacen verdaderamente contemporánea a esta versión que, por otra parte, es bastante conservadora en su diseño.
El juego exige precisión y soltura. Suerte que ahora se ofrece la opción de simplificar el salto con bastón, la principal habilidad de Gilito, y se han ajustado ciertas partes de los niveles, porque no todo el mundo está preparado para una dificultad tipo Mega Man. También es muy de agradecer la inclusión de puntos de guardado automáticos ante momentos decisivos.
En cada uno de los niveles, que se pueden recorrer en el orden que se quiera, hay que evitar obstáculos, derrotar enemigos y explorar lo más posible en busca de tesoros. Tras derrotar al jefe de cada zona, cuyos patrones hay que memorizar, se tasan los tesoros y se regresa a la cámara de Gilito. Con el dinero recaudado se pueden comprar artículos relativos a la creación del juego y de la serie de televisión, así que a los más fanáticos les compensará amasar fortunas.
Quizás el cambio más significativo ha sido eliminar la necesidad de revisitar niveles para abrir nuevas zonas de ellos. Ahora cada nivel es autoconclusivo, algo que pierde parte del encanto original pero lo hace más agradable para todos los públicos. En todo caso el balance es positivo porque se ganan un nivel extra y una base de operaciones donde descansar e incluso bucear en las riquezas de Mc Pato.
El apartado que más destaca, sobre todo a primera vista, es el acabado audiovisual. Los personajes animados a mano son adorables y podrían pasar por los de una actualización de la serie televisiva. Y las músicas son inspiradas versiones de los pegadizos temas del original con alguna aportación interesante. Todo raya al más alto nivel incluso técnicamente, porque el juego se mueve fluido y explota el potencial de cada plataforma.
En conclusión, es un título de plataformas divertido, muy bien hecho y con carisma pero que requiere habilidad. Hará las delicias de los más pequeños, si tienen la destreza suficiente, y de los fans de la serie o del género de cualquier edad.