La agencia McCann Melbourne acertó de lleno con su campaña para Metro Trains (más de 110 millones de visionados en YouTube), dirigida a concienciar sobre la necesidad de tener cuidado cuando uno está junto a las vías del tren. Poco después llegó el juego, y fue otro inmenso éxito que, a día de hoy, perdura.
La idea es sencilla: manejamos a incautos muñecos cuyas acciones pueden llevarles a muertes absurdas (de ahí el título del juego), por lo que nos toca a nosotros conducirles por el buen camino. Pero no será nada fácil, ya que tras cada reto acertado el siguiente irá más rápido y muchas veces tendremos que usar varios dedos a la vez, en otras demostrar una gran rapidez mental, etc.
Hay retos de muchos tipos y casi siempre con una explicación previa, aunque algunos no están nada bien contados y tardaremos un buen rato en entenderlos. Por fortuna, disponemos de tres intentos antes de que el juego acabe.
Ciertamente las muertes son variadas, pero el juego nunca se recrea en ellas ni las explota con intenciones sensacionalistas, todo lo contrario. La caricaturización de las muertes y la inocencia que desprenden los muñecos ayudan a acercarlo al público más joven, aunque la dificultad de los niveles más altos lo hace más apropiado a los adolescentes.
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