Tras seis años de incombustible liderazgo, la franquicia de desafíos intelectuales cierra una etapa tanto por su argumento como por su tecnología y mecánicas.
Esta entrega supone el desenlace de la saga precursora a la original y, como tal, rellena lagunas argumentales a la par que despide al profesor Hershel Layton por todo lo alto. La trama, centrada en el misterio de una supuesta momia viviente, emocionará a los seguidores tanto por sus dramáticas situaciones como por las revelaciones sobre el trío protagonista, algunas impredecibles.
Respecto a la anterior entrega para 3DS, mantiene su cuidado apartado artístico, su puntero acabado técnico, su logrado efecto de profundidad tridimensional y su sistema de juego. El aspecto general de dibujo animado resulta encantador tanto en los modelos tridimensionales como especialmente en las escenas de vídeo, que suman una media hora de animación tradicional a la japonesa. Mención especial para su refinada música instrumental de corte clásico y para las voces, dobladas con acierto al castellano.
Dentro de su línea continuista, la mecánica de juego se basa en explorar escenarios, charlar con los habitantes de los lugares que se visitan y resolver diversos puzles para avanzar hacia la siguiente localización de forma lineal, pues la trama está muy dirigida.
Aunque los retos se engloban en unas pocas categorías, resulta encomiable tanto su frescura como su accesibilidad, ya que pueden comprarse pistas para resolverlos y no es necesario completarlos todos para avanzar. Por si fuera poco, se pueden descargar aún más retos sin coste alguno y, en general, conforme más y mejor se resuelvan, más contenido adicional se habilitará.
La gran duración del juego se redondea con su principal incorporación: las Búsquedas del Tesoro a través del sistema de comunicación inalámbrica StreetPass. Esta opción permite a los usuarios crear un pequeño conjunto de retos y compartirlo con la comunidad de jugadores. Su resolución aporta contenidos exclusivos que dan contexto al juego principal, así que se premia la creatividad y la comunión entre los fans.
El encanto que desprende como título de puzles gustará a aficionados de todas las edades, aunque para los fans se trate de un imprescindible. En general merece la pena por su buen hacer y por lo rentable de su enorme contenido.
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