No hay muchos desarrolladores capaces de juntar los talentos de Guillermo del Toro y Norman Reedus, además del suyo propio, y dar a luz una joya como P.T., un juego de terror que descolocó a toda la industria por su increíble intensidad a pesar de su brevedad. Sin duda, la gente como Hideo Kojima no abunda. Y, como era de esperar, los homenajes no paran de salir desde que se retirase de las tiendas digitales, y ahora solo los que lo bajaron y no lo borraron pueden disfrutarlo.
Uno de esos homenajes tiene firma española, concretamente catalana, y es obra de unos estudiantes que se hacen llamar JanduSoft. Decir que Evil Inside es una copia de P.T. sería injusto, porque en algunos apartados va un poco más allá, pero sí que es verdad que cada píxel y cada centímetro del juego que nos ocupa rebosa homenajes a la obra de Kojima.
El argumento es una simple excusa: un hijo desea investigar qué ocurrió realmente con el asesinato de su madre a manos, supuestamente, de su padre. Para eso pide ayuda a un amigo, para que le facilite el contacto con el más allá. Con esta premisa el objetivo será recorrer, en bucle, algunas estancias de una casa durante un número determinado de veces para, en cada repetición, encontrar un objeto que nos aporte algo de luz sobre lo que pasó y, además, desbloquee la vuelta siguiente.
Aunque Evil Inside es tremendamente corto (se puede acabar en unas dos horas), hay que reconocer que se hace terrorífico y la ambientación es sobresaliente, con unos juegos de luces muy buenos para ser un título independiente y de escaso presupuesto. Desentonan, eso sí, las paupérrimas texturas en ciertos detalles que conviene no desvelar. Hay buenos sustos, pero no alcanzan nunca el nivel que tuvo P.T., y mucho menos con un final tan brusco como el que nos ocupa.
Incompresiblemente, a pesar de ser un juego español, nos llega sin doblaje, por lo que tenemos que conformarnos con un buen inglés y subtítulos en castellano, en los que se han colado algunas faltas de ortografía.
Evidentemente, es un juego apto solo para mayores de edad (aunque PEGI diga 16, solo se recomienda para 18) y con capacidad para aguantar los sustos, que hay unos cuantos. En definitiva, un bonito homenaje a un icono de los videojuegos, que merece la pena ser disfrutado con muy poca luz y auriculares.