Desde hace años se viene desarrollando un juego que siempre tiene su nicho de mercado: Farming Simulator. Lejos de ser una broma, promete hacer sentir a los que lo juegan la experiencia más cercana a vivir en una granja con todo lo que ello implica: gestión de cultivos, animales, plantas, etc.
La entrega que nos ocupa demuestra que se toman muy en serio las cosas. Incluye más de 300 vehículos licenciados de las marcas más importantes del sector, todos ellos fielmente recreados tanto visualmente como en funcionamiento. Además tiene multitud de animales, tipos de cultivo y, por supuesto, una gestión minuciosa de los precios, la oferta y la demanda. Todo para los fans del género.
Lo cierto es que la palabra Simulator le viene perfecta, porque aquí no hay nada de arcade, y ese es el principal problema: los recién llegados a la franquicia van a encontrarse con un tutorial muy breve que apenas da unas pinceladas sobre todo lo que se puede hacer en el juego. De repente desaparece, y el resto depende de nosotros, con lo que la curva de dificultad es gigantesca, y llega a ser capaz de echar atrás a los menos experimentados.
A esto se une un control muy tosco de los vehículos y un apartado técnico que, a pesar del esfuerzo hecho para hacerlo actual, se queda muy atrás de la presente generación. En todo caso hay que reconocer el esfuerzo: si de verdad se tiene interés en profundizar en la vida de una granja y se tienen conocimientos, el realismo es total y la gestión es muy profunda. Para añadir interés se incluye multijugador (algo limitado) y la posibilidad de incluir modificaciones de los jugadores (mods) para alagar la vida útil casi indefinidamente.
No tiene ningún tipo de contenido inadecuado, pero es tan específico y exigente que recomendarlo a todos sería un error. Al alejarse del público general para satisfacer a los más fans de la franquicia, seguramente sean estos los que más lo disfruten.