Inazuma Eleven, basado en la serie de dibujos animados Los Súper Once, trata de fútbol; pero no fútbol normal y corriente, sino la versión japonesa que popularizó en su momento Oliver y Benji: balones lanzando rayos, técnicas secretas, campos que no se acababan nunca… Este juego decide tomar el relevo y llevar a una nueva generación esa peculiar visión del deporte rey. Uno podría pensar que lo lógico sería hacer un juego de fútbol al uso, pero Level 5 ha optado por otra ruta completamente diferente: la aventura y el rol.
Es decir, en Inazuma Eleven hay dos “terrenos de juego” completamente distintos. Por un lado, controlaremos a nuestro protagonista en su vida diaria como si de una aventura escolar se tratara: iremos a clase, hablaremos con nuestros compañeros, descubriremos tesoros en las salas de profesores, compraremos ítems y refrescos en la cafetería, etc. Pero llegado el caso, tendremos que vernos las caras con nuestros rivales en el césped en partidos normales (usando todo el equipo al completo) o pachangas (cinco contra cinco).
Ahí es cuando la originalidad y el ingenio del juego brillan en todo su esplendor: en vez de ponernos en el papel de Iniesta, Level 5 nos pone más bien en el de Del Bosque: el sistema de juego es estratégico al ciento por ciento y la posición de los jugadores, el uso de sus técnicas especiales y la composición del once inicial (a elegir entre la friolera de más de mil jugadores distintos dispuestos a ser fichados por nuestro club) hacen que pesen más los sesos y el frío cálculo que los reflejos.
Así, en vez de regatear con la cruceta como ocurre en los juegos de fútbol normales, pincharemos sobre los jugadores con el punzón y les impartiremos instrucciones precisas en tiempo real. Si uno de ellos entra en contacto con un jugador rival, el tiempo se detendrá momentáneamente para que podamos escoger de un menú qué técnica o movimiento queremos ejecutar (regatear, rebasar, segada, etc.) y comparar los parámetros de cada jugador para ver cuál de ellas nos brinda más posibilidades de ganar, como si fuera un combate de Pokémon. Este sistema de juego acaba por resultar tremendamente innovador al combinar la tensión de un partido de fútbol que nos obligará a tomar decisiones rápidamente con la reflexión propia de un juego de estrategia.
Toda la serie de partidos que juguemos quedará hilvanada por un modo historia extenso y cuidado que seguirá la trama de la serie de televisión. La historia es lo suficientemente interesante como para mantenernos pegados a la consola. Y si se nos queda corta, siempre tenemos la posibilidad de retar a otros jugadores a partidos sueltos e incluso intercambiar jugadores. Pero desgraciadamente se acaba por echar en falta un modo en el que dos personas pudieran colaborar jugando en un mismo equipo en vez de limitarse a retarse entre sí.
Aun con sus limitaciones, Inazuma Eleven es un juego muy completo y apto para todos los públicos, que desborda calidad e imaginación y del que se puede disfrutar sin necesidad de ser un forofo del fútbol.