Jupiter & Mars se une a los juegos que usan este tipo de arte/disciplina para hacer llegar un mensaje a favor del medio ambiente y un reproche a quienes ensucian sin tener en cuenta las consecuencias. Optando por un estilo gráfico minimalista y apenas unas voces, nos cuenta que la humanidad, tras dejar el planeta al borde del colapso por la basura vertida, se ha ido y lo ha dejado a su suerte. En cierto sentido, esto recuerda a WALL·E, la obra maestra de Disney-Pixar, en la que el humano abandonaba el planeta y dejaba que los robots lo arreglasen para volver cuando eso pasara.
En este juego encarnamos a un delfín que, en compañía de otro, deben avanzar por varios escenarios realizando acciones como liberar animales en situaciones difíciles, limpiar basura del fondo marino, encontrar objetos y resolver puzles muy sencillos. La verdad es que no hay mucho más y el mensaje es evidente, algo que juega a favor y en contra. A favor porque puede jugar cualquiera y se aprende en cuestión de minutos, pero en contra porque siempre sentimos que todo daría para más y se desaprovechan mecánicas jugables por el hecho de ser delfines.
La compatibilidad (que no necesidad) de las gafas VR ayuda a que todo sea más inmersivo, y es una buena idea que podamos optar por dirigir al personaje con solo mover la cabeza. Sin embargo, resulta raro que, para apagar la opción de las gafas haya que salir al menú principal, sin que baste ir al menú de opciones.
Técnicamente tenemos un juego muy sencillo y, a la vez, llamativo. La poca flora y fauna en el mar se compensa con unos interesantes diseños basados en luces de neón. No viene doblado al castellano, pero las voces son escasas y, por fortuna, sí llega subtitulado. La música, de corte electrónico, es pegadiza y no molesta porque va variando cada cierto tiempo.
A pesar de no estar tan aprovechado como podría es una apuesta interesante, educativa y divertida. El hecho de no tener ningún contenido inadecuado lo acerca a todos los públicos, aunque conviene tener cuidado con las gafas si nos solemos marear con ellas.