No hay experto sanitario que no insista en lo mismo: cuanto menos alcohol y tabaco, mejor, y cuanta más alimentación de calidad y más deporte, mejor. Este último se suele asociar al gimnasio, y entonces surgen varias posibles frases, entre las que destacan “no me da tiempo a ir” o “no quiero ir a sufrir ni a muscular demasiado, que enseguida se me nota”.
Dejando de lado la veracidad de la segunda (podemos muscular tanto o tan poco como queramos), la primera tiene alternativas como el ejercicio en casa, pero para hacerlo bien se suele necesitar un entrenador personal con titulación y conocimientos. Si no conocemos a ninguno o no queremos invertir dinero siempre podemos recurrir a la opción que proponen desde Ravenscourt, Exkee y Voxler: tene…
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