Hay que haber vivido dentro de una cueva los últimos 10 años o en una selva salvaje sin ningún tipo de contacto con la realidad para no conocer MasterChef. Entre tantos realities, este ha logrado conectar de verdad con el público y tener una audiencia fiel, además de grandes invitados. Dado ese éxito lo raro es que la adaptación a videojuego no haya llegado antes.
Pero ya está aquí, y los que esperan encontrarse con un simulador de cocina pueden ir buscando otro juego, porque aquí se trata de hacerlo accesible y divertido para todos. Con él, Selecta Play y Drakhar Studio buscan llevar la emoción del programa a las casas con una consola.
La premisa es tan sencilla como lógica: lograr demostrar ser los mejores, a los ojos de los tres jurados, con las sartenes. Los minijuegos son de velocidad, habilidad y precisión, y aunque algunos se hacen algo repetitivos y simplones, la verdad es que funcionan muy bien. Por supuesto, hay niveles de dificultad por si nos parecen demasiado fáciles. Lo malo es que son solo diez minijuegos, y uno se acaba haciendo a ellos rápidamente. Esto se ve suplido por la muy agradecida posibilidad de un multijugador offline para hasta cuatro personas.
Como dato curioso, las recetas desbloqueadas por los triunfos se pueden preparar en la vida real, lo que añade un toque de interés y fomenta el acercamiento a la cocina.
Técnicamente es un juego que cumple, sin grandes maravillas visuales, gráficos sencillos y muy coloridos que se hacen agradables a la vista. La parte sonora también alcanza su objetivo, con melodías reconocibles y voces en español.
Por todo ello es un juego divertido y apto para todos, aunque serán los más pequeños y los jóvenes los que más lo disfruten, y puede que tengan posterior gusanillo para intentar cocinar o, quién sabe, ir al programa televisivo. Eso sí, se habría agradecido un precio algo más bajo para incentivar su venta.