Hay juegos de carreras que dan una vuelta de tuerca al género: NAIL’D nos ofrece recorridos imposibles y Split/Second: Velocity provocar catástrofes en las rutas para evitar que los demás lleguen a la meta antes que nosotros. MotorStorm Apocalypse hace una pequeña mezcla de ambos ingredientes, solo que las catástrofes se desencadenan solas, influyendo así en la conducción. Por ello, a nuestros contrincantes, siempre agresivos, hay que sumar otro: el mismo terreno de juego.
El modo principal (llamado “Modo Festival”) nos pone en la piel de tres corredores: el aprendiz, el pro y el veterano. Cada uno tiene su propia historia independiente y cada carrera tiene un vídeo previo de presentación animado al estilo cómic. Pero al final la historia es lo de menos porque la personalidad de los personajes no afecta en nada al resultado (solo a la dificultad, cada vez mayor) y es casi imposible sentirse identificado con sus protagonistas. De hecho, la esencia es correr, evitar ser los últimos y, si es posible, llegar los primeros para así poder pasar a la siguiente carrera y ganar trofeos y desbloquear eventos especiales.
Lo que cambia es el requisito: al principio valdrá con acabar noveno, pero después la exigencia sube y habrá que llegar en mejores puestos para poder continuar. Los vehículos son muy variados: desde potentes motos a grandes camiones, cada uno con sus pros y sus contras, todos ellos personalizables.
El otro gran modo de juego es de multijugador (llamado “Diversión violenta”), donde podemos disfrutar de carreras con otras personas, de las que unas pueden estar en el mismo lugar y otras conectadas online: un gran acierto de MotorStorm ahora que la mayoría de las desarrolladoras dejan de lado uno de los dos modos de participar.
Por supuesto hay también un modo (“Eventos especiales”) para a los jugadores más exigentes, con pruebas mucho más difíciles que las del modo principal, y otro para personalizar el vehículo.
El recorrido sufrirá constantes cambios debido a todo tipo de peligros: tsunamis, terremotos, derrumbes… incluso helicópteros disparándonos y bandas callejeras lanzándonos cócteles molotov. Todo ello esto da un nivel de espectacularidad casi sin parangón hoy en día (y más si se disfruta en 3D), pero es una pena que los desastres naturales sean automáticos y estén predeterminados, pues una vez vistos la primera vez, no cambiarán en las sucesivas, aunque el despliegue visual es tan apabullante y variado que tal defecto es perdonable.
Desde el punto de vista técnico, el juego es una maravilla. Se nota el desarrollo exclusivo para la PS3, ya que el festival audiovisual es excelente: los gráficos son impresionantes, los escenarios en plena destrucción dejan con la boca abierta y el lado sonoro es atronador. Para redondear este aspecto se ha contando con una música épica a cargo de Klaus Badelt (uno de los alumnos aventajados de Hans Zimmer), autor de la banda sonora de Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra. También hay aportaciones de músicos renombrados, como Dj Shadow, que contribuyen con remixes y melodías marchosas, muy acordes a lo que se ve en pantalla.
MotorStorm Apocalypse no reinventa el género pero le da un potente soplo de aire fresco y emoción que se agradece enormemente. La completa ausencia de violencia más allá de los destrozos y choques de los vehículos y un lenguaje no muy duro lo acercan a los jóvenes, aunque serán los adultos los que más lo disfruten debido al frenesí de la acción.