Nintendo ha popularizado sus portátiles con memorables videojuegos, así como con aplicaciones didácticas para todos los públicos. En esta última categoría se encuentra este curso de dibujo y pintura, una alternativa digital que permite cultivar las aptitudes artísticas a un coste reducido, con poco riesgo y al ritmo que sea necesario.
New Art Academy permite aprender conceptos y técnicas aplicables en la realidad y simularlas en un espacio virtual. Para ello cuenta con numerosas lecciones, un maestro propio, un completo lote de herramientas, una galería para exponer y hasta un modo libre para los más valientes.
Las lecciones abarcan desde el nivel básico hasta el avanzado, aunque también pueden descargarse clases extra para ampliar el temario. La teoría la imparte Vince, un simpático estereotipo de artista que explica clara y lentamente, pone ejemplos y, si es necesario, repite lo explicado las veces que haga falta.
En cuanto a las herramientas y útiles, contiene lápices y carboncillo, lápices de colores, pintura al óleo y pasteles. También se puede elegir el tipo de lienzo o de papel, hacer mezclas de colores y aguar tanto las mezclas como los trazos realizados. Esta dedicación en los contenidos es encomiable, pero por desgracia queda enturbiada por una limitada simulación.
El lápiz óptico no tiene la precisión que debiera para trabajar con detalle y, además, carece de gradación. Mientras que en la realidad las herramientas se pueden usar de diversas formas y con distinta intensidad, aquí no hay término medio: o se pinta o no se pinta, pero no caben efectos como cambiar la orientación del pincel o apretarlo contra el lienzo. Para un curso que se supone aplicable en la realidad resulta poco creíble, aunque bien es cierto que se trata de una limitación de la consola.
Debido a sus carencias técnicas no puede acercarse a la calidad que proporcionan una tableta gráfica y un programa de dibujo para ordenador. Mejor es evitar estas comparaciones, porque incluso al guardar los progresos sale perdiendo: se pueden deshacer pocos de los pasos dados, así que hay que tener cuidado. Es esencial guardar la sesión a cada momento y, solo tras acabar la obra, salvarla como una imagen para exponer o compartir desde la consola.
Como producto didáctico, pese a todo, es competente, y su existencia misma es algo positivo. No obstante, dadas sus limitaciones se recomienda como toma de contacto con el arte más que como una vía de perfeccionamiento.