La saga Prince of Persia empezó en 1989, gracias a un observador Jordan Mechner que veía a su hermano saltando y corriendo con ropa blanca. Llevó dichos movimientos a la pequeña pantalla en un juego con un protagonista muy ágil y rápido, y la verdad es que el movimiento era sorprendentemente realista. El título, muy difícil (como lo eran los juegos en esos años), fue todo un éxito y propició varias secuelas que también funcionaron adecuadamente.
Pasó el tiempo y, en 2003, Ubisoft se hizo con la propiedad intelectual, desarrolló varios juegos 3D con movimientos muy espectaculares e imposibles, le dio un toque más arcade y sencillo… y acertó de lleno: éxito de crítica y público, empezando con el mítico Las Arenas del Tiempo, continuado luego …
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