Los usuarios lo tenemos fácil: ejecutamos el juego en la consola o en el PC y el resto es dejarse llevar por lo que los programadores han puesto dentro. Y en unas horas (o días) terminamos el título. Sin embargo, antes de ese disfrute, un grupo más o menos numeroso de personas han invertido muchas horas en su desarrollo, diseño, programación y resolución de problemas. Meses –y años en algunos casos– que merece la pena destacar y reconocer, ya que se trata de un duro trabajo.
Exactamente eso es lo que ha hecho Voxel Labs, el estudio de desarrollo asociado a la escuela de videojuegos Voxel School, con el apoyo de PlayStation Talents y la Universidad de Ingeniería y Tecnología de Perú (UTEC). Porque Probe: A Game Dev Experience muestra de forma amena y original lo que hay detrás de un videojuego. Para ello encarnamos a un geniecillo de la informática que acude a unas oficinas de desarrollo de software para echar una mano en asuntos varios, desde programación a diseño visual, todo para lograr sacar adelante un videojuego.
Que nadie se eche a temblar. No tendremos que escribir una línea de código o pintar desde cero nada: solo seguir los tutoriales y ejemplos que nos ponen delante y entender las explicaciones que se nos dan para darnos cuenta del ingente trabajo que hay tras los gráficos, el sonido, etc. De “propina”, desbloquearemos tutoriales y cursos reales de la escuela, para animarnos a profundizar de verdad en este mundo.
Para hacerlo más fácil e inmersivo se ha hecho compatible con PS VR y, aunque no es esencial, se agradece la opción, ya que la parte de diseño visual es más llevadera para apreciar mejor la profundidad de los objetos. Eso sí: si activamos las gafas notaremos un bajón de calidad importante, algo casi inevitable para que la consola pueda con la carga gráfica que se le viene encima. El resto del título muestra siempre gráficos muy sencillos y texturas básicas, algunas quizás demasiado. No hay voces, pero los textos están en español (con varias faltas de ortografía), salvo los anglicismos, algunos necesarios, otros quizás puestos más por moda que por necesidad.
Sin mayores pretensiones, Probe: A Game Dev Experience es un bonito y breve homenaje a tantos desarrolladores que parece que a veces quedan olvidados y sin cuya tarea no podríamos disfrutar de todos los títulos que jugamos. Además, no tiene contenidos inadecuados, por lo que es disfrutable por cualquiera.