Con años de diferencia con respecto al lanzamiento original, llega por fin a Occidente esta peculiar entrega de la saga de puzles más venerada en Japón. La adaptación, en completo inglés, añade accesos directos en portada para partidas rápidas así como todo el contenido descargable de las versiones japonesas (más trama, músicas, voces para los personajes, y aspectos adicionales para las fichas). Nada sustancial, pero incrementa el valor de un sobresaliente conjunto.
Bajo la premisa de una fusión de universos, cuyas razones se desvelan en la desenfadada campaña para un jugador, se adaptan las mecánicas de la clásica franquicia Tetris (basada en la colocación minuciosa de fichas con el menor número de espacios libres entre ellas) a las exigencias de Puyo Puyo (disciplina basada en juntar cuatro o más burbujas del mismo color, tanto en horizontal como en vertical).
El resultado explota todas las posibilidades de la fórmula: permite partidas elementales de cada franquicia por separado, de una combinación o alternancia de ambas, de cualquiera de ellas con alocados efectos secundarios (como inversión de los controles u ocultación de parte de la pantalla) o incluso diversas vertientes contrarreloj. La mayoría de reglas son aplicables tanto al juego individual como al colectivo (de hasta cuatro jugadores), sea en una misma pantalla o a través de Internet, y se incluyen también diversos ajustes de personalización y lecciones sobre los entresijos de cada franquicia.
Sea contra la máquina, contra otro jugador o contra el implacable cronómetro, el objetivo es limpiar la propia celda de fichas, evitando que se acumulen en la parte superior. Juntando las piezas del modo apropiado según la disciplina, de un modo más directo en Tetris y anticipando las posiciones futuras en Puyo Puyo (ya que las fichas se desploman y separan), se consigue que una cantidad de estas desaparezcan y viajen a la casilla del rival en forma de fichas basura que cuesta eliminar. Para facilitar la tarea se puede acelerar la caída de las fichas, rotarlas o incluso almacenar una para un uso posterior.
La gracia de los enfrentamientos reside en la capacidad de los jugadores para hacer exitosas combinaciones de fichas con las que entorpecer la limpieza del rival, lo que aporta divertidos momentos de competición. Los efectos de la basura se pueden contrarrestar si se hacen combinaciones en el momento adecuado, aunque, si el rival es diestro y veloz, la cantidad de basura por envío puede llegar a ser imbatible.
Tanto el avance en la campaña como las partidas individuales disputadas aportan créditos del propio juego para intercambiar en la tienda por contenido adicional. También es posible participar en la disputada liga internacional online, registrar las mejores puntuaciones y grabar las partidas más memorables para uso propio o para disfrute de la comunidad de jugadores. La duración puede ser infinita.
El dulce acabado de dibujo animado, que puede resultar empalagoso pese a su humor, enmascara un funcionamiento sólido y fluido que explota las capacidades técnicas de cada máquina. Un título bienintencionado que potencia la alegría y la sana competitividad mediante sus voces, efectos y músicas. Las únicas pegas son la ausencia de chat de voz de la versión de Switch (se rumorea su incorporación), no haber traducido los textos y no incluir un mínimo manual en papel que describa someramente las reglas antes de lidiar con ellas.
En conclusión, es el título de puzles más completo y duradero de la actualidad que puede jugar cualquier miembro de la familia, dados sus numerosos modos y niveles de dificultad. Una inversión garantizada en cuanto a horas de diversión que potencia la creatividad, la concentración y la planificación.
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