Ya en 1985 Nintendo nos dejó con la boca abierta con ese experimento jugable que se llamó Super Mario Bros., dedicado al personaje que había aparecido en 1981 en un juego llamado Donkey Kong, solo que en ese caso le llamaron “Jumpman” y era un carpintero. El ahora fontanero más famoso del mundo de los videojuegos (con permiso de su hermano Luigi) ha tenido decenas de títulos, con sus más y sus menos, pero siempre familiar y disfrutable, en la línea blanca de Nintendo.
Pues bien, en 2023 y con tantos juegos a sus espaldas, podemos decir sin duda alguna que Super Mario Bros. Wonder no solo responde a las altísimas expectativas que hay de que pueda sorprender, sino que las supera gracias a una imaginería fuera de lo normal y a permanecer fieles a las bases, esto es, unos personajes adorables, una jugabilidad endiablada, una dificultad medida al milímetro y un atractivo innegable.
La trama es lo de menos: el bondadoso Príncipe Florian invita a Mario y sus amigos a visitar el Reino Flor, una tierra no muy lejos del Reino Champiñón. Sin embargo, Bowser, el rey de los Koopas, decide aguarles la fiesta. Le basta con tocar la misteriosa Flor Maravilla para fusionarse con el castillo del Príncipe Florian y, mediante su nuevo poder, comienza a sembrar el caos por todos lados. Ahora depende de Mario y de sus amigos detener a Bowser y salvar el Reino Flor. Vamos, una excusa argumental para ponernos por delante multitud de pantallas, desafíos, magias, potenciadores, saltos, trampas, cambios sorprendentes y el mismo reto de siempre: llegar al banderín de meta.
Uno de los mejores ingredientes es que no hay dos fases iguales; todas tienen novedades y sorpresas, así que la diversión está garantizada. Y todo ello aderezado con un auténtico acierto: el regreso de su modo cooperativo local para hasta cuatro jugadores, con lo que podemos disfrutar junto a nuestros amigos y familiares. El modo online es mejorable, sinceramente, pero no empaña en absoluto un grandísimo juego. También destaca la sustitución de Charles Martinet, hasta ahora voz de Mario y de muchos otros personajes, por Kevin Afghani, que no es lo mismo, pero lo hace muy bien.
Es difícil sorprender a estas alturas, pero Nintendo se las ha ingeniado para desarrollar otro clásico instantáneo que se puede y se debe disfrutar en compañía, apto para todos los públicos y divertido desde el minuto uno.