Los desarrolladores ‘indies’ y noveles siempre son bienvenidos; tienen pasión por lo que hacen e intentan entregar productos de buena calidad, aunque sean modestos. Por eso el talento español es tan bienvenido y el apoyo de iniciativas como PS Talents es tan necesario. Sin embargo, en ocasiones la apuesta, aunque tiene buen fondo, no llega a los estándares de calidad exigibles hoy en día, por un tiempo de desarrollo insuficiente. Y es exactamente lo que le pasa a The Crown of Wu.
Partiendo de la leyenda del Rey Mono, el estudio madrileño Red Mountain y la escuela de arte digital Trazos nos proponen un título de plataformas, puzles y acción protagonizado por Wu, ese Rey Mono que despierta tras un trance y encuentra su reino hecho añicos. Su misión será descubrir qué ha pasado, y solucionarlo.
Con esa sencilla premisa se mezclan los tres géneros y, aunque los tres tienen buenas intenciones, al menos dos de ellos tienen graves problemas de ejecución. Los puzles son los mejor parados, con algunos muy inteligentes que nos van a llevar a pensar bastante. Por desgracia las plataformas y la acción son otra historia. Las primeras porque el salto no es nada preciso y la propia inercia de este puede llevarnos (y nos llevará) a muchas muertes.
Pero donde reside la parte más débil es en la acción, con enfrentamientos absolutamente desiguales: los rivales son durísimos en comparación con la casi nula resistencia de Wu, quien sufre de torpeza a la hora de golpear y extrema lentitud para reaccionar a los golpes enemigos. Ya desde los primeros 45 minutos vamos a tener serias dificultades para hacerles frente, y aún quedan por delante varias horas; todo ello sin contar con numerosos problemas técnicos que pueden dar al traste con la partida en cualquier momento.
Pero no todo es negativo: los diseños de los escenarios son muy interesantes y coloridos, y llama mucho la atención el cuidado por el detalle. También se agradece que esté todo escrito en español, porque aunque hay una voz, es en un idioma inventado.
Sin duda Red Mountain y Trazos tienen buenas ideas y unos referentes magníficos (Zelda o Souls), pero han debido dejar cocinándose más tiempo el juego para hacerlo realmente viable. Por ahora queda un título ameno y apto para todos los públicos (la violencia nunca es desagradable ni sangrienta), aunque hay, realmente, apuestas mejor hechas en el mercado.