El dicho “segundas partes nunca fueron buenas” no puede aplicarse a The Last of Us Parte 2, porque si el primer juego nos dejó boquiabiertos, sobre todo con su magnífico (y muy discutido) final, la segunda entrega arriesga, se compromete y toma decisiones difíciles de las cuales sale más que airoso, gracias, sobre todo, a dejarse por el camino complejos y miedos.
Sí, es un juego violento, muy violento, y por eso mismo ya avisamos: no solo hay que tener más de 18 años, sino haber jugado y entendido la filosofía tras el primer juego: en un mundo posapocalíptico arrasado por un horrible virus, los infectados pueden no ser el mayor peligro. Y entonces entroncamos con la filosofía del segundo: ¿es la venganza algo justo? ¿Hasta qué nivel de viol…
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