“Si algo funciona, no lo cambies: poténcialo y sé fiel a ti mismo”, parece ser la máxima en Nintendo. Lo hemos visto con Super Mario Bros. Wonder y se repite con la, hasta ahora, última entrega de The Legend of Zelda, otra de las sagas clásicas de la empresa nipona. Tras el magnífico resultado con Breath of the Wild parecía imposible llegar más alto, pero no: Tears of the Kingdom lo mejora, y de qué manera.
La trama es continuación de Breath of the Wild. Esta nueva aventura pretende llevarnos a las profundidades de un templo subterráneo, donde un cadáver momificado toma vida y levanta el castillo de Hyrule por los cielos. Ahora será responsabilidad de Link y Zelda salvar al reino de un mal que se esparce cada vez con más fuerza.
Al final es…
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