El Índice de Paz Global de 2016 ha ubicado a Filipinas en el penúltimo puesto en la región asiática en cuanto a paz social. Para darle tan incómodo sitio ha tomado en cuenta factores como la percepción local de la criminalidad, el número de homicidios, la población carcelaria, el acceso a armas, etc. Únicamente la “atómica” y enclaustrada Corea del Norte tiene una nota peor en toda la zona.
Es ese el país que ha encontrado el rocambolesco presidente Rodrigo Duterte, un antiguo juez que parece determinado a mejorar la posición del archipiélago en la escala regional. Para hacerlo, ha adoptado una política de “dispara primero y pregunta después” que le ha valido la desaprobación de varios actores de la política internacional, desde la Administ…
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