Quitarse el uniforme, arrojar los guantes al cubo, darles a los colegas un abrazo de despedida e irse a casa a hacer vida de bloguera gastronómica, o a vender seguros de salud, o a entrenar chicos en la especialidad de campo y pista, es la solución que han encontrado últimamente profesionales de la salud que dejan el trabajo para retomar las riendas de su vida y dejar atrás el creciente agobio y el estrés. Cierto, también dejan a cientos, miles de pacientes, pero ¿acaso no los han dejado atrás también a ellos…?
De la “Gran Renuncia” se está oyendo hablar desde hace casi dos años, luego de que, pasado lo peor de la pandemia, cada vez más millones de personas rechazaran volver a sus antiguos puestos. En EE.UU., donde se le dio nombre al fenóm…
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Un comentario
Muy interesante y real. Gracias