Nunca en la historia hemos estado tan expuestos a noticias trágicas como durante la pandemia del coronavirus. Durante meses hemos seguido las cifras de contagios, muertes y medidas restrictivas de nuestras libertades. Diversas investigaciones han dado cuenta de cambios relacionados con el consumo noticioso en este periodo, entre los que destacan el doomscrolling –la adicción a las noticias catastróficas– y la evasión estratégica –un modo más racional de informarse–.
“¿Qué hace que nos quedemos pegados viendo malas noticias y navegando sin parar leyendo cosas negativas en Twitter y Facebook?”, se preguntaba Nicole Nguyen, periodista del Wall Street Journal, en un artículo sobre el doomscrolling, fenómeno que ha experimentado un significativo…
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